Los productos son los elementos principales de tu carta, lo que el cliente decide pedir (café, cerveza, ensalada, lasaña…).
Cada producto tiene un precio base que puede ser incrementado o reducido en función a su formato/tamaño o extras.
Son las distintas formas en las que se puede presentar un mismo producto.
Un ejemplo claro de producto con varios formatos es la cerveza, que se puede servir en caña, jarra, copa, tercio, quinto… Otro producto que suele tener varios formatos es la pizza, que puede ser pequeña, mediana o familiar.
Cada formato/tamaño puede tener un precio distinto. Por ejemplo, es lógico que una pizza pequeña cueste menos que una mediana y esta a su vez, menos que una familiar.
Son elementos que modifican el producto original. Un ejemplo de extras o modificadores serían ingredientes extra o ingredientes de menos.
Un buen ejemplo aplicado a un producto como una hamburguesa sería:
Ingredientes extra (bacon, lechuga, tomate, salsa…)
Ingredientes de menos (sin bacon, sin lechuga, sin tomate…)
Los extras/modificadores pueden o no tener precio. Un ingrediente extra puede aumentar el precio final del producto (ingrediente extra = +0,50€), no modificarlo (precio del extra = 0,00€) o reducir el precio final del producto (ingrediente de menos = -0,50€).